Manifiesto

Somos un grupo de latinoamericanas y latinoamericanos afectados por el estado de la democracia en nuestra región. El 1ro de Julio de 2016 nos juntamos en Buenos Aires y nos pusimos la meta de formar una red. El primer paso fue redactar colectivamente una carta que hable de nuestros principios, valores y objetivos políticos. Nos une el sueño de una democracia de comunes, una democracia que redistribuya el poder, que amplíe la inclusión política y que promueva los derechos humanos.

Somos Latinoamericanas,
Latinoamericanos.

Somos un grupo de personas afectadas por el estado de la democracia en nuestra región. Nos une el sueño de una democracia de comunes, una democracia que redistribuya el poder, que amplíe la inclusión política y que promueva los derechos humanos.

La forma en que se ejerce el poder en este sistema es obsoleta.

A pesar de los avances en la construcción de derechos e inclusión, América Latina sigue siendo la región más desigual del planeta. Nuestro sistema político no logrará resolverlo mientras sus instituciones dejen fuera a enormes sectores sociales y sean presas fáciles de élites económicas, políticas y del crimen organizado.

En los márgenes del poder actual, crece otra forma de hacer política.

Innovar la Política es una estrategia para resolver los problemas de siempre con los recursos, culturales y tecnológicos, de hoy. Innovar la Política es crear nuevos procesos que pongan a las personas como eje de la construcción democrática. Innovar la Política no es digitalizar el statu-quo, es difundir una cultura libre, abierta y colaborativa que construya nuevas formas de vivir, consumir y producir.

Innovar la política es honrar nuestra historia y nuestro presente.

Reconocemos las culturas que nos constituyen. Nos inspiran prácticas colectivas como la Minga, donde todos ponen y todos ganan, el Tequio o el Ayni. Todas ellas suman conocimientos, destrezas y saberes de cada persona para conseguir un fin en común. Todas ellas están basadas en la confianza recíproca y en la colaboración, en la solidaridad y en la comunalidad.

Innovar la política es honrar nuestro presente y forjar el futuro.

Abrazamos el acceso a tecnologías digitales abiertas, descentralizadas, interoperables y basadas en derechos humanos. Estas herramientas permiten poner en contacto, reunir y encauzar a diferentes actores para la creación colaborativa. Tomamos las tecnologías digitales porque posibilitan pensar en una descentralización del poder de amplio acceso y alto impacto. La vida digital se vuelve política cuando incide en el territorio, habilita la diversidad, propicia diálogo, genera participación.

Concentrar, para sí, lo que es de la comunidad no es innovación política.

Gobernar sin incluir a comunidades originarias, afrodescendientes y todos los géneros es reproducir estructuras racistas, misóginas y fóbicas. Utilizar una posición institucional al servicio de una partidocracia cerrada es corrupción. Explotar los recursos naturales como si fueran infinitos es ecocidio. Construir tecnología centralizada, sin respetar la privacidad de las personas, es una nueva forma de extractivismo. Utilizar el miedo hacia el otro como herramienta de exclusión es predicar el odio. Aspirar a ciudades inteligentes, sin ciudadanos inteligentes, es mercantilismo. Todos quienes reproducen estos comportamientos son nuestros adversarios.

Reinventemos la política latinoamericana, en sus contenidos y en sus formas.

Respondamos a la sensación de crisis institucional, el desapego ciudadano y la decepción social con participación e inclusión. Escapemos de las trincheras ideológicas tradicionales para construir una historia que integre conocimientos diversos, convergentes y complementarios, tecnologías sociales, digitales y analógicas.